Una extraña coincidencia

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No estoy pasando mi mejor momento. Los problemas personales que os mencionaba hace unos días siguen ocupándome el tiempo y sobre todo la mente, y el atletismo ha pasado a último plano.
Intento salir de vez en cuando a correr un poco para intentar despejarme aunque las ganas son bastante pocas.

Pero bueno, basta de lamentos, que aquí se viene llorado de casa.
El motivo del título de la entrada es una pequeña anécdota que me sucedió hace un par de días. Anteayer, me acerqué al Retiro a trotar un poco. Cuando estaba a punto de salir del parque por la puerta habitual (una pequeña de las que sale a Menéndez Pelayo) me fijé que en la biblioteca popular, que es una pequeña construcción de ladrillo en la que la gente deja libros, revistas y similares que ya no utiliza para que otros puedan disfrutarlos, había unos cuantos libros. Total que me paré no se sabe muy bien porqué. Me llamó la atención un viejo libro del premio Nobel alemán Hermann Hesse, una edición en inglés de "Narciso y Goldmundo", así que decidí llevármelo a casa para leerlo en cuanto tenga ocasión.

La sorpresa vino cuando al hojear sus páginas me encontré el resguardo de una quiniela antigua, muy antigua. Concretamente con fecha del 11 de diciembre de 1977, exactamente 35 años antes del día en que me encontré el libro y la quiniela (con partidos como Baracaldo-Alavés, Tarrassa-Granada o Salamanca-Hércules) el 11 de diciembre de 2012.

No soy nada supersticioso ni creo en señales extrañas pero es la típica cosa que te deja completamente sorprendido.

35 años después llega a mis manos

En cuanto a entrenos  la semana pasada saqué tan sólo 44 kilómetros con dos sesiones de calidad:

- 5 x 1000 rec 3' en Palomeras (3:27 3:28 3:26 3:25 3:18)
- 2 x 3000 rec 2' en el circuito de 3 km en el Retiro (3:49 3:44 3:52) (3:53 3:47 3:53)